martes, 21 de diciembre de 2010

torpeza

Hace ya varios años que me llama la atención, siempre está en el mismo lugar y a la misma hora, sonriente, espectánte, y particularmente solitario. Recuerdo que antes siempre estaba acompañado por uno de esos perros bien chicos y blancos (de esos que a mi no me gustan mucho), parecía ser su única compañía, y lo mantenía siempre bien limpiecito y ordenado. Desde hace ya varios meses que su pequeño perro no lo acompaña, cuando lo asimilé me dio pena, pensé que se debiese estar sintiendo muy solo, más que antes.
Resulta que no hay día en que al pasar por su lado, no sienta unas ganas tremendas de saludarlo, detenerme a su lado y hacerle compañía. Me da la sensación de que con él el tiempo debe pasar de otra manera, más lento, más tranquilo.
Hoy, recién hace un instante, lo saludé por primera vez, y saben? nadie me saca la sonrisa de la cara, ni la imagen de su rostro sonriéndome amablemente con un "hola señorita, buenas tardes".-

2 comentarios:

  1. Siempre hay personas que son como del paisaje, entonces si uno los ve todos los días, qué bien una sonrisa y un saludo para hacer la vida más amable.

    ResponderEliminar