lunes, 30 de abril de 2012

hoy no tengo más palabras

dos niños que apenas alcanzaban los ocho años de edad cantando en la micro pidiendo limosnas. ni se imaginan la cara del más pequeño cuando le dijo a su compañero "hicimos 450 pesos!", sus ojos brillaban. esto hace unos minutos en la 301, casi las una de la mañana. Hoy no tengo más palabras.-

sábado, 28 de abril de 2012

luis

estaba todo mojado y con la ropa bien rota. ebrio a las cinco de la tarde en la 301. su nombre era luis y le faltaba un ojo.
desde que subió a la micro lo observé discretamente todo el tiempo, se sentó, y entre la ventana y su maloliente  cuerpo quedó un señor de unos 60 años que me hacía mucha gracia, porque se le notaba mucho su desagrado, pero lo único que atinó a hacer fue quedarse inmóvil y con una cara de inexpresión que a ratos era interrumpida por el fruncimiento de su ceño.
mis oídos aislados con la música, no escuchaban lo que pasaba al rededor. vi como luis tomaba unos billetes de mil pesos y se los mostraba a los demás pasajeros, era enfático en sus movimientos y, podía notarlo sólo con observarlo, en las cosas que decía. algunos hacían como que él no existiese,  el señor de su lado seguía inmóvil e inexpresivo, una mujer esquivaba la mirada de luis con risas nerviosas, y otros tantos lo miraban con expresión enojona.
entonces mi interés por escucharlo superó a la música que me ensordecía, y me saqué los audífonos. luis lo notó y su mirada que ya se había cruzado con la mía antes, ahora se detuvo en mi, y comenzó a hablarme (no directamente a mi, era a todos, pero me miraba todo el tiempo). me saludó y yo le respondí el saludo,dijo que acá la gente lo miraba raro a uno si es que se les dirigía un saludo sin conocerlos, que se enojaban, y que él no entendía cómo era entonces que uno se hacía amigos, o conocía al amor de su vida si es que no se podían saludar a los desconocidos. dijo que ninguno de nosotros sabía de la vida, que él había vivido mucho más, que sabía todo de la vida (y de la muerte). llevaba ocho años viviendo de la calle. yo no había dicho ni una palabra hasta que me preguntó si me quedaba mucho para bajar de la micro, y yo le dije que no, sólo dos paraderos. le pregunté el nombre y yo le di el mio. entonces me dijo "gracias señorita esperanza por escucharme" no supe que hacer, le sonreí, le di la mano, y salí de la micro a la lluvia, al día lluvioso que con tantas sonrisas y melancolía recibí.

domingo, 15 de abril de 2012

hoy doy gracias por esto

fue un día de emociones intensas. pero hoy sólo me quiero referir a una de ellas
(porque sobre lo otro no soy capaz de escribir ni una palabra, aún)
simplemente no podría enredarme en las sábanas sin antes registrar lo que hoy viví
es muy simple, en serio
pero fue precisamente esa simpleza y naturalidad lo que me inundó
tomamos once los cuatro, mi padre está dando vueltas por acá y hoy lo integramos a nuestra mesa
antes de que llegase yo estaba nerviosa de verdad, la guata se apretujaba de maneras extrañas y mi corazón latía arrítmicamente
sorpresa me llevé cuando las conversaciones comenzaron a fluir y las risas inundaron los espacios, mis padres gratamente conversaban y yo con mi hermana cruzábamos cómplices miradas. no insinúo un romanticismo ni nada de eso, ni pensarlo, me refiero a que podía sentir la libertad de cada uno en nuestras miradas, en nuestros gestos, en nuestras palabras.

sólo mis más cercanos pueden quizás acercarse a lo incierta y temerosa que me sentía de esta larga visita que a mi padre le dió por hacer a este lado del mundo, pero hoy me acuesto con una sensación diferente.

hace semanas que no sentía una felicidad así, tan real y simple. hoy doy las gracias por eso.