domingo, 17 de abril de 2011

jamás dejar de observar



(no sé cómo explicarles que en dos micros y tres cuadras el día te puede cambiar completamente
pero, necesito hacer el intento)


música, mochila en la espalda, y mis pasos por santa maría dejaban atrás un día extraño que no lograba hacerme sonreír. ya estaba oscuro. -me iré en micro- dije, y con una falsa expresión de calma me despedí de quienes me acompañaban. el paradero me acogió con reproche, al igual que mis pensamientos y mi corazón (viven reprochándome). me sentía ridícula, cansada y solitaria.
y entonces, primera micro. me senté y al otro paradero se subió un compadre con una guitarra, tocaba cuecas, me saqué los audífonos y canté con él (no fuerte, quizás hasta tímidamente, pero lo hice). nos devolvimos unas cuantas sonrisas, le di una moneda que tenía por ahí  y con mucha más energía que con la que subí a esa micro, la dejé. pisé la calle, me puse los audífonos, crucé la alameda cantando "...del cuaaatro nueve cinco ocho cincoo, naaadie nos prometió un jardín de rosas...". sonreía.
segunda micro. en la 301 me esperaba el mejor personaje que nunca antes he visto en una micro, era un caballero que, con micrófono, parlante y todo, se dedicó a mostrar uno por uno los instrumentos de viento que hacía con tubos de pvc y bombillas plásticas, luego, nos hizo escuchar cada uno de los discos que vendía, -puros compilaos musicales pa toos los gustos, de la música de ayer y de hoy-, hizo un recorrido por la nueva ola, música de relajación, y hasta la shakira sonó un ratito. tenía la atención de toda la micro, si hasta esa gente seriota que puro que gruñe en las micros, sonreía inevitablemente a ratos.
yo lo observé con atención todo el tiempo, y no paré de sonreír. De repente me miró y me dijo, -esta es para usted srta de los ojos lindos- y cantó "beeeesameeee, bésame muuuuuchoooooo", y yo me puse roja, pero me hizo mucha gracia realmente. -gracias por el momento- le dije al bajar con una bombilla-flauta que me regaló, y mi día ya era completamente distinto.
la vida me quería decir algo, y cuando pensaba que ya no podía pasar nada más, apareció David. no lo veía hace quizás un par de años, y seguía igual que siempre, con su vida callejera, su bicicleta, su cojera al caminar, su vieja ropa y esa mirada tierna de viejo bueno. le dí un abrazo gigante. hasta de mi nombre se acordaba. al separarme de él mis ojos se pusieron llorosos y me sentí absurda, absurda por permitirme por un instante no sonreírle a la vida.


creo que hay ciertas cosas que hay que hacer más seguido; andar en micro, caminar de noche cantando fuerte, y jamás, pero jamás, dejar de observar.-




ya ha corrido mucha agua debajo de este puente, 
me ha sobrado y me ha faltado inspiración.-

Buena Estrella - Fito Paez

domingo, 10 de abril de 2011

que la música me hable

eran días de poco dormir y de mucho soñar. estaba cansada, -demasiado en muy poco tiempo- pensó. una desagradable voz repetía en sus oídos, tendrás que acostumbrarte tendrás que acostumbrarte. no había otra opción, lo sabía. se sintió sola, realmente sola. eran días de poco dormir y de mucho soñar. inevitablemente la responsabilidad le aburría cada vez más. escuchó el reproche de sus cansados párpados.  ¡basta!, se gritó a si misma. dejó que la música le hablase. el humo llegó a sus pulmones y esa suave vocecilla que tanto le gustaba a sus oídos. caminó por las calles de providencia y se envolvió en ese frío que tanto extrañaba. la vereda oscura y vacía la acogió, y entonces, le sonrió a su soledad.-

sábado, 2 de abril de 2011

dos

agarró sus miedos, su historia, su corazón
y como quien no aguanta más
un día estalló
y entonces, todo se volvió por primera vez
completamente real
se miraban fijo, sonreían, y la complicidad estallaba a gritos
como grandes compañeros
caminaron por los parques, vieron películas, cantaron canciones
y un día ambos pensaron
en realidad, no hay nadie que me haga sentir tan feliz en este planeta.-



para que no tengamos nunca más soledad
bello abril - fito páez