lunes, 14 de marzo de 2011

fragmentos de un diario de viaje






era impresionante para mi encontrarme con esas pequeñas casas de adobe en medio del camino del inka (...) me preguntaba qué pasaba con la gente que envejecía ahí, pensaba que no podrían desplazarse, que morían simplemente y los enterraban en el mismo lugar. Más tarde me encontré con un mini cementerio en pleno camino.


era emocionante subir pensando que llegarías a machupichu, la lluvia, la oscuridad y las escaleras daban igual.   Cuando llegué y vi las ruinas por primera vez me dieron ganas inmensas de llorar. Llovía, y las nubes estaban abajo mio (...) me emocionaba imaginar a las personas ahí trabajando, en movimiento (...) no lo podía creer, aún no lo creo (...) caminé a pies descalzos, me gustaba sentir las piedras y la húmeda tierra (...) en muchos lugares me daban ganas de tirarme al vacío, a mis pies veía las nubes y una selva gigante algo oculta tras ellas que me daban la sensación se que si me tiraba, en realidad no moriría, sino que algo hermoso pasaría. Me pregunté cuántos incas se habrían tirado simplemente. Sentí tremendas ganas, en serio (...) me costó demasiado despedirme, me quedé detenida observando por última vez, extendí los brazos, respiré, sonreí. No recuerdo cuándo fue la última vez que me costó tanto dejar un lugar, creo que nunca antes.


estas ciudades son color ladrillo


en la plaza murillo de la paz hay más palomas que en cualquier lugar que he pisando en mi vida


necesito música, no puedo creer que mi celular se eche a perder justo ahora. Estoy en un bus con tres personas escuchando música inmensamente mala y desagradable y sin audífonos. Si en una hora más no paran, alegaré. La mala música me supera.


feliz, estoy feliz. bien. gracias. gracias


en la plaza 25 de mayo me senté más de tres horas sólo a sacar fotos. De repente se sentaron dos abuelos a nuestro lado, con su nieto, que andaba en bici (con rueditas) y le daba cabritas a las palomas. El abuelo tenía ganas de hablar de la vida, se notaba. Escuchamos al rededor de media hora a un señor que estaba pronto a complir los 70 años y que estaba inmensamente decepcionado de la vida (...) había luchado toda su vida, y no había funcionado, había perdido la esperanza, la ilusión, las ganas. Me gustaba escucharlo. Miré sus ojos todo el rato...


su vida era increíble, hablabas con él y te daba tranquilidad, era inmensamente humilde. Creo que era un hombre verdaderamente feliz. Él aprendía de la vida, admiraba conocer diferentes pueblos y culturas (...) Creo que son personas así las que en el camino te hacen cuestionar tu vida. De un momento a otro, me dieron ganas de vivir como ellos, viajar, descubrir, sobrevivir, trabajar como temporera, hacer artesanía. Toparme con personas así hace que mi vida pierda un poco de sentido, aunque sea por un rato (...) A veces es lindo darse cuenta de que hay quienes hacen tus imposibles, posibles.


tenía razón, el salar es mágico. Si miraba al horizonte no sabía dónde era que terminaba el cielo y empezaba la tierra (...) prometo volver a este lugar.


La sra marina fue lo más bonito del día, tiene un negocio en el mercado. Ella vende panes con palta, con huevo, con carne... té y café. Era un encanto, era muy sola, tenía mucho miedo.


Terminó, me despido con una sonrisa. La vida no dejó de sorprenderme hasta el último día.


http://www.facebook.com/album.php?aid=2112242&id=1116106510&fbid=1887324738941 (algunas curiosas fotos)

sábado, 12 de marzo de 2011

incierto

necesito clases particulares de "consecuencias"
qué estupidez
la libertad debiese envolverme como si fuese el pantalón que llevo puesto


pero la memoria es injusta
y todo parece muy poco aún


de manera inevitable el pasado flota suspensivamente
y entonces, el presente no se permite la existencia


todo es tan incierto a veces






la noche estaba cerrada, y las heridas abiertas
noctiluca - jorge drexler

martes, 8 de marzo de 2011

vuelvo


vuelvo
cautelosamente vuelvo
atenta, sigilosa, incierta
vuelvo 
menos sincera de lo que quisiese
vuelvo 
con menos corazón
con más calma.


caminé, grité, respiré, canté y me detuve.
calma, tanto te esperé.- 






me hice algo más bueno
me hice algo más lejos
me hice algo más bello
me hice algo más viejo

queda lo que quema  - manuel garcía